Texto escrito para el encuentro literario digital #CampWrite en tiempos del coronavirus. Una tarde noche de noviembre el viento dejó de azotar los naranjos por un momento. La tierra tantas veces sembrada se estremeció bajo las pisadas vacías de quien ya no estaba. El frío abandonó el otoño para instalarse en los corazones. Siempre supimos que su vida no había sido fácil, pero jamás encontramos una mella en su sonrisa que diera la razón a esa verdad. Supo hacer del "Otro habrá peor" más que un lema, una forma de vivir. Se entregó a la generosidad para propios y para extraños, para "buenos" y para "malos", para justos y para injustos. No tuvo solo dos hijos, pues para alguien más fue un padre, y no solo para alguien, sino para tantos, y tantos, y tantos… Los valores que rigen esta y tantas otras vidas se basan en los suyos, en lo mucho que transmitía con pocas palabras, en la lealtad hacia su persona que hizo grandes sus principios. La tarde noche
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